De la Farmacia de los enfermos a la Farmacia de los sanos.
En Farmacia Abizanda queremos recorrer contigo el camino saludable y ayudarte a mantenerte sano en todas las etapas de tu vida. Para ello seguimos trabajando y formándonos en la salud.
A lo largo de la historia:
En 1796 Eduard Jenner descubrió la vacuna de la viruela, por eso está considerado el hombre cuyo trabajo «ha salvado más vidas que el trabajo de cualquier otro hombre en la historia» según la Royal Society británica de la que formaba parte.
Este señor Jenner, considerado el padre de la inmunología, en plena época revolucionaria revolucionó para siempre las ciencias de la salud.
A partir de su trabajo pasamos de una visión centrada en la curación de las enfermedades y, o, los síntomas de las mismas, a una nueva perspectiva basada en la prevención de la enfermedad. Tal vez por eso pocos años antes, durante la Revolución Francesa, decidieron cortarle la cabeza a Luis XVI, como método de prevención de la monarquía; aunque esto habría que preguntárselo a Robespierre.
El final del Siglo XVIII fue clave por tantas cosas en la historia de la humanidad… Revolución Francesa, Revolución Industrial, Independencia USA, Vacuna… una época de muchos cambios de los que somos herederos directos, que cambió nuestra forma de pensar, de interactuar entre nosotros como especie hasta llegar a lo que ahora somos (sea lo que sea que seamos).
La farmacia de los sanos
Es en este contexto donde el concepto de prevención cobra sentido para todas las ciencias de la salud. Descubrimos que podíamos erradicar enfermedades que eran terriblemente mortales, descubrimos la importancia capital de la higiene, que no es más que otra forma de prevención, y nuestra esperanza de vida se duplicó rápidamente; primero en las clases altas de la sociedad industrial burguesa y más tarde, ya en el siglo XX y sobre todo, después de la Segunda Guerra Mundial, con el auge de la socialdemocracia, el socialismo y la institucionalización de los servicios públicos de salud la prevención llegó a todos los estratos de las sociedades “desarrolladas”.
Ahora ya no sólo queremos llegar a ancianos, queremos hacerlo disfrutando de una buena salud, estando en forma y con un modelo de vida activo, no queremos que a los sesenta años nos llamen viejos, ni que a los cuarenta nos dejen de llamar jóvenes.
La Farmacia
La Farmacia, como institución sanitaria, no ha sido ajena a este cambio, hemos pasado de ser un establecimiento en el que se hacen y se despachan fármacos a algo mucho más amplio. Tenemos que promocionar hábitos de vida saludables entre la población y para ello tenemos que formarnos en temas como la nutrición, la deshabituación tabáquica, o el alcoholismo.
En nuestra Farmacia tenemos que ser capaces de aconsejarte una dieta, tratar de motivarte y seguir tus progresos durante la misma, tenemos que ofrecerte herramientas para que dejes de fumar, para que seas consciente del daño que puede hacerte el abuso del alcohol u otras drogas o para que protejas tu piel del sol cuando vayas a la playa; pues nuestro objetivo es cuidar integralmente tu salud, para que la conserves intacta el máximo tiempo posible.
En este mundo, imbuidos por la sociedad de consumo en la que vivimos, donde la información fluye por tantos y tan múltiples canales, tú, como consumidor que busca salud, tienes un acceso prácticamente ilimitado a muchas propuestas en principio orientadas a perseguir tu salud y bienestar. El problema es que dentro de esta información ilimitada nos encontramos muchas veces enormes contradicciones, y desde nuestra farmacia vemos que muchas veces no es la explicación más rigurosa la que sale ganando en esta confrontación pública que podemos contemplar, tanto en medios tradicionales como en redes sociales.
Nuestra Farmacia
Por eso nuestra farmacia quiere pasar “de la Farmacia de los enfermos a la Farmacia de los sanos”, queremos ser ese filtro que te ayude confrontar los datos de una manera objetiva, queremos servirte de referente a la hora de contrastar cualquier “receta”, de entre los millones que podemos encontrar a diario en esta “sociedad de la información” en la que vivimos, para sobrellevar esta saturación de propuestas en principio orientadas al cuidado del bienestar.